Allí vive un pobre pero joven muchacho
Que ama a una mujer con todo lo que tiene
Pero ella no lo ama para nada
Ella no lo ama para nada
Ella le dijo,
Ve y mata a tu madre
No regreses sin su corazón
Para poder alimentar a mi perro
Para alimentar a mi perro.
Él fue y al matadero pasó
Sacó su corazón de su pecho
Y mientras lo traía de vuelta, cantaba
No escuchó las cámpanas que sonaban
Y mientras corría,
Con el corazón en su mano
Cayó sobre el duro, duro suelo
Y el corazón que sostenía
Rodó de su comprensión
En un silencio repentino
Se podía escuchar su jadeo
El corazón rodó por el polvo
Y a través de sus lágrimas gentilmente preguntó
¿Te has lastimado, mi pequeño?
¿Te has lastimado, mi pequeño?
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