jueves, 30 de septiembre de 2010

Blackfield - II




Queridos lectores, Enkor ha dado su punto de vista del primer disco de esta banda, ahora es mi turno de presentarles el segundo álbum.

Comenzaremos con que los depresivos de Israel (Aviv Geffen) e Inglaterra (S. Wilson) trabajaron para que este segundo disco fuera igual de desolador, triste, sagrado, melancólico, amoroso, perturbador, galante, intrépido, odioso, desesperante, contrastante, aniquilador, etcétera.

Después seguiremos con que se comprenden muy bien en las ideas. Las melodías, riffs, puentes, sonidos, silencios, que componen cada canción te van llevando por miles de pasajes que te vas imaginando, mientras las voces de los maniacos depresivos antes mencionados, te van guiando para que sigas sumergiéndote en miles de sentimientos que van inherentes en cada segundo de cada pieza.

Esto si es música emotiva, no chingaderas emo que no tienen nada de emo. Preparen los kleenex, súbanle a todo el volumen, y denle play!!!!!!!

Blackfield - II

A ponerse tristes, aquí una muestra de lo que se hace cuando se le compone a un amor obsesivo:



miércoles, 29 de septiembre de 2010

Blackfield - Blackfield (2004)


Bien, esta entrada ya se venía rezagando desde hace poco (y digo hace poco porque tendría que haberse hecho casi al momento de pensarse), y estuvo perfecto. Hoy me desperté oliendo en el viento la entrada del otoño; así es, hoy entró el otoño y todo se empieza a teñir de un color aúreo opaco y la humanidad cae, sin darse cuenta, en el vacío de su mundo. Lo que se ha erigido en este par de milenios va cayendo constantemente, sin tocar fondo. Aunque hay personas que se mantienen de pie en esa caída y con esa lánguida fuerza pueden sostener la pena que embarga la existencia de la humanidad haciendo que la realidad tenga un vertiente onírica que nos ayude a escapara sin salir de los linderos que marcan el ocaso de un alma, ni ser tan peripatéticos en el intento; dicho de otro modo: O bien escapamos para no volver, o no escapamos nunca. De cualquier forma nosotros hemos decidido escapar y regresar por momentos, y por ahora, volver, sólo para poner este disco.

Blackfield. Me presentaron este proyecto del ñoño de Steven Wilson, y bueno, me gustó la propuesta. Y aquí está, el I, así titulado, que esta mañana al escucharlo me partió la madre de nuevo, y me sucedió lo del viejo cazador: el pasado volvió a mí. Pero este pasado ya me sabe rancio, es un mal sabor de boca, es la rémora en mi vida. Quisiera deshacerme de él pero creo que aún así no puedo negarlo, estoy estigmatizado. Pero que mejor forma de tratar de asimilarlo que con canciones del olvido y esa vacuidad que se va expandiendo incomensurablemente, de tal forma que cuando miras tu fuero interno llevas embebido un agujero del tamaño del universo. Hay una fuga. Sientes que te empieza a pesar la idea del eterno retorno y sin pensar mucho te sabes dentro de circulo vicioso, o más comunmente conocido como: petitio principii.

Mis canciones predilectas, aunque me vea muy común, son: Pain, Hello, Balckfield y The Hole In Me. No podía ser de otra forma, me siento con una carga infinita a cuestas y que crece insesantemente, no sé si en un momento se detenga y podamos voltear a ver o tratar de cuantificar las secuelas, la consecuencia de los acaecido. Sin más cuita que poder describir, los dejo para que disfruten del disco que en sí todo está recomendable, así que no habrá problemas con el resto de las canciones que no mencioné, puede escucharse sin problemas de pe a pa. Que lo disfruten tanto como su vacío y su dolor.







Blackfield -Blackfield (2004). Por mediafire.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Engineers - In Praise of More




El nuevo disco de los Ingenieros Escoceses ha llegado a este blog, uno de los primeros debemos de presumir.

Apenas le estoy dando la primer escuchada,, se escucha más delicado y con un poco más de idea en las melodías, menos precipitado que el antecesor. No hay que dudar al descargar este disco. Si no saben que tocan Engineers, pues les digo que su mero mole es el Shoegaze combinándolo con algo de Art Rock, Psychodelic, Cross Over, más o menos algo así.

Si son seguidores del podcast de Kscope (perdón, aun no he subido lo que viene en el nuevo capitulo), habrán escuchado algún adelanto de este disco.

Sin más, aquí esta el link:

Engineers - In Praise of More





viernes, 24 de septiembre de 2010

Algún Día





Todo esta incorrecto aquí

Todo en lo que confiaba

Ha resultado ser una mentira

Y mi fe lentamente se acaba


La luz inminente de la noche

Nunca se ha rendido ante esto

Ampliando el tiempo para el fracaso

Y solamente entregar el mensaje


Mientras los cuerpos flotan

Alguno de estos días

Aprenderé a amar otra vez

Mientras espero morir


Mientras las mentes vuelan

Alguno de estos días

Aprenderás a amar otra vez

Mientras esperas morir


Mientras las almas ascienden

Alguno de estos días

Aprenderemos a amar

Mientras esperamos morir


Tal vez

Algún día aprenda a amar otra vez

Mientras mi corazón muere

Porque cuando morimos

Todos morimos solos

jueves, 16 de septiembre de 2010

Desayuno un Sábado por la Mañana




Sábado, cuatro treinta de la mañana. Suena el despertador. Se escucha la melodía Unravel de Oceansize en las bocinas de dicho aparato. El tipo en la cama se despierta. Observa el reloj, y decide no apagarlo y que suene nueve minutos después. Cierra los ojos una vez más y trata de dormir.

Vuelve a sonar el despertador. Se da cuenta de que los nueve minutos se los pasó pensando y no descansó. Apaga el despertador. Mira el display que marca las cuatro treinta y nueve. Se acomoda en la cama de tal manera que queda sentado en ella. Las manos las recarga en el colchón y agacha su cabeza, mira directamente al suelo, cómo si ahí estuvieran las respuestas a sus preguntas. No entiende porque despertó melancólico.

Por fin decide ponerse de pie. Busca sus tenis y se los pone. No hay necesidad de vestirse, ha decidido salir a la escuela con la misma ropa con la que durmió. Va hacia el baño. Orina. Se lava las manos y después la cara, piensa que eso será suficiente para borrar las marcas que cubren su rostro y evidencian que durmió de manera incomoda. Observa su rostro y se seca la cara. Sale.

Camina por el pasillo hacia la cocina. Entra y se dirige a la alacena. Abre la puerta superior. Toma dos frascos, uno del café y otro del azúcar, también toma un cono y una taza. Coloca todo sobre la base de la cocina integral. Abre la cafetera y coloca el cono. Abre el frasco con el café. Toma una cuchara del cajón que tiene en frente. Coloca tres cucharadas copeteadas en la cafetera. Cierra la parte del cono y abre la parte donde se coloca el agua. Se acerca hacia su garrafón y deja caer sobre la cafetera el agua, hasta llegar al numero ocho. Prende la cafetera y deja que haga su trabajo.

Abre el refrigerador y toma una baguette congelada. La mete al horno de microondas y lo programa. Dos minutos son suficientes. Mientras esta su desayuno, observa la obscura noche. Parece que es una madrugada tranquila. No se escucha gente en la calle, tampoco automóviles. Se siente solo en el quinto piso del edificio dónde se encuentra. Observa luces a lo lejos. No siente a nadie que se le pueda llamar amigo.

Se acerca al ordenador y lo prende. El horno de microondas suena. Va por la baguette. Después la lleva a la mesa, junto con una servilleta. Espera a que el café este listo. Otra vez vuelve a mirar aquella madrugada por la ventana. Se sigue preguntando porque se siente triste. No cree merecer tal desgracia.

La cafetera deja de hacer ruido, el café esta listo. Toma el recipiente del café y vacía lo suficiente para llenar la taza. Le pone una cucharada de azúcar. Y se va a sentar a la mesa, dónde el ordenador y la baguette lo esperan. Pone la sinfonía número cuatro de Arvo Pärt para acompañarlo. Revisa su correo por inercia, aunque sabe que no tendrá nada nuevo, hace cuatro horas cuando fue a dormirse lo revisó, y en realidad nunca recibe muchos correos. Para ser honestos, casi no platica con nadie, ni siquiera en Internet.

Por largos lapsos, se la pasa mirando la taza de café. Aun cuando no este mirando nada, y simplemente se pierda en la oscuridad del contenido de la taza. Come lentamente, y cuando termina, aún siente hambre. va por unas galletas para acompañar lo que sobra de la taza de café. Sigue comiendo.

Termina la Sinfonía número cuatro de Arvo Pärt. Han pasado treinta minutos aproximadamente. Su cabeza sigue dando vueltas. Piensa en si es verdad que siempre se engaña a él mismo. Ya no se siente a gusto en los lugares públicos y cada vez siente mas miedo al estar cerca de gente. Interactuar con la gente casi lo ha olvidado por completo.

En su chico noble, de buen corazón. Tal vez por eso sea demasiado incomprendido en el mundo de hoy, tan ajetreado y viciado por medios de comunicación. Respira lentamente, mientras sigue comiendo las galletas. El quinto piso no es tan alto, piensa.

El tiempo seguía pasando, y el momento de partir era inminente. Tomó el plato sucio y lo llevó al fregadero. Lavó todo lo que ensucio. Guardó todo lo que tomó, y lo colocó de igual forma.

El sol salía lentamente, a lo lejos se podía vislumbrar pequeños rayos de luz. Sentía como lentamente se iba muriendo dentro de si. Nunca le ha gustado la luz. Era un miedo terrible el ver luz a lo lejos, cortando a toda velocidad la obscuridad del universo.

Fue al baño y se lavó los dientes. Se miró otra vez al espejo, y cada vez que se observaba sentía más lejanos los momentos en los que alguna vez fue feliz, si es que lo fue, o tal vez sean una simple ilusión de haber sentido alguna vez felicidad. No puede estar seguro de lo que vivió. Se siente cansado y su mente es borrosa. Se siente viejo y sin ganas de seguir. Es sólo una pequeña parte de su cara la que puede ver. No pertenece ahí.

Va hacia su mochila y ordena sus cosas. Apaga el ordenador y lo mete a la mochila también. Va hacia la cocina y toma un termo. Vacía lo que queda de café en el. Agarra una barra para calmar el hambre en el transcurso del día. Cierra las ventanas y la puerta de los cuartos. Mira a su alrededor y trata de recordar si lleva todo lo necesario.

Abre la puerta para salir. Prende el ipod, sirve para dos cosas: una es para programar la música que escuchara en su trayecto, Harsh Final de Danny Saul. Dos, prefiere aún la pequeña luz emitida por el dispositivo que la lampara de cien watts en el pasillo. Baja.

Sale del edificio y se dirige hacia la estación del metro. Siente como si hubiera salido por primera vez al mundo exterior. Siente hasta su mas minima célula, mientras camina aquel largo camino. Todo lo que siente se va mezclando hasta que su mente se siente confundida. Camina a un paso, lo suficientemente rápido, para que la luz no lo alcance. Todavía quiere seguir mirando a la obscuridad por un rato.

Mientras camina, piensa porque sufre tanto. Trata de aterrizar los pensamientos y llegar a conclusiones claras. Trata de encontrar la respuesta de que fue lo que lo moldeo hasta llegar a ese punto de infelicidad. No sabe dónde perdió el camino o si alguna vez estuvo en el. Todo le parece trastornado y extraño.

En una esquina se detiene. Trata de concentrarse en su respiración. Cree entender que nunca podrá ser feliz otra vez. Enumera algunos puntos:

1. Desde que nació no encajo en el mundo.

2. La segunda señal debió de haber sido cuando, aun sabiendo que la vida seguía, sólo se remitía a los círculos de dolor.

3. La tercer señal debió ser cuando sintió que el mundo empezó a observar.

4. La cuarta señal es cuando dejó de sentir el cariño de su familia.

5. La quinta, debió haber sido cuando el sentido de pertenencia en este mundo había desaparecido.

6. La sexta señal fue cuando la estrella de la cual se sostenía, había dejado de emitir luz alguna.

7. La séptima fue cuando el respirar se la hacia mas tenso.

8. La octava fue cuando su único amigo le dijo que estaría mejor muerto.

9. La novena fue cuando el amor que le profesaba a una mujer no fue suficiente.

Terminó de pensar estos nueve puntos y siguió caminando. No miraba atrás. La luz lo alcanzaba. Mientras seguía caminando, sentía que se encontraba aún más consigo mismo. No había porque temerle a la obscuridad. Veía cambiar la forma de sus sombras, mientras alcanzaba su destino, mientras pequeños puntos blancos aparecían en aquella obscuridad.

Llego a la estación del metro, y en la luz se perdió.



miércoles, 15 de septiembre de 2010

Everything Everything - Man Alive

Everything Everything es una banda inglesa, específicamente de Manchester. Empezaron a sonar con algunos sencillos desde hace tres años. Sin embargo, es hasta hoy, cuando han logrado terminar algo demasiado bizarro para ser un disco.

A lo largo de todo el disco se podrán encontrar varios tipos de texturas, desde el pop sesentero, electrónica convencional, rock de los setentas y ochentas, progresivo (podría jurar que Yes pudo haber grabado Come Alive Diana), jazz, etcétera. Son musicos demasiado preparados. No son del tipo que se la pasan tocando miles de notas por segundo, pero hay algunas partes donde si demuestran que saben tocar, y bien. Esto debido a que no se consideran como una banda Indie, si no algo que va mas allá.

Ellos dicen de si mismos: Imagine a band who fuse three part harmonies with scalding post-punk guitars; floor-filling bass lines with syncopated rhythms and lyrics about everything from high-school massacres to R&B lotharios musing on their lot in a post-apocalyptic wilderness.

Si se quieren pasar un buen rato, escuchando música interesante, y con cambios de ritmos de canción en canción algo extraños, y a parte divertirse con algunas letras, como la de Photoshop Handsome, este es el disco que perfecto.

El vocalista es bien cagado, aquí abajo verán el video de MY KZ, UR BF, sabrán que no miento.

Inclusive podría asegurar que estarán nominados para el Mercury, es una propuesta demasiado refrescante en estos tiempos demasiado caóticos.

Everything Everything - Man Alive Mediafire, Link en Comentarios





jueves, 9 de septiembre de 2010

La profecía 666 es iluminada por un haz divo.

Estoy en la cafetería de la Facultad de Arquitectura. A lo lejos se ven un par de siluetas de personas sentadas; en realidad, no están tan lejos, son algunas mesas más allá de la mía, las suficientes para observarlos sin que se percaten de mi mirada escrutadora. Los puedo ver a la distancia sin problemas: Dos chicos sentados al fondo, han decidido pararse e ir a pedir su orden de comida. Él con el cabello amarrado y de lentes; ella, con una chamarra de mezclilla y la cabeza cubierta con un gorro rastafari.

No puedo evitar intuir sobre lo que platican, aunque todas mis ideas son tan vagas que prefiero omitirlas. Quizás sólo se trate de cualquier plática de estudiantes ingenieriles, que se han citado en la cafetería de otra Facultad que no es la suya. Ahora observan el menú pintado en la superficie de un acrílico con luz de trasfondo. El lugar está casi lleno, sólo se escucha el murmullo colectivo, y de vez en cuando alguna risotada de cualquier chica extravagante. De momento, creo que desde este punto en particular puedo ver a Oscar (es el nombre de nuestro observado número 1) un tanto nervioso; nunca ha sido un experto en entablar una conversación con cualesquiera, y menos si se trata de una chica. Ella, Olga (es el nombre de nuestra observada número 2), se ve un poco desconcertada por el encuentro.

Se han conocido a través del mensajero de internet, y ahora están recargados sobre la barra esperando quién atienda su pedido. ¡Listo!, han ordenado la comida, y en este momento esperan que les den su ticket para recibir sus alimentos. Mientras, cruzan algunas palabras para liberar la tensión: risas tímidas, comportamiento rígido en ambas partes. En tanto, nada extraordinario sucede en mis rededores. Ellos se ven impacientes por tener la charola en sus manos ya y regresar a su mesa a tratar de que la plática fluya lo más que se pueda, una vez la panza llena.

Mientras eso ocurre, puedo describir el lugar que nos contiene, y la atmósfera que nos arropa: hay mesas delgadas y pequeñas de color negro, distribuidas en hileras cercanas entre sí; las sillas son de esqueleto metálico y con respaldos de madera; el espacio en sí es un patio central bajo una enorme malla de acero con tragaluces de cristal blancos.

... Por fin, los comensales se han dispuesto a dar rienda suelta a su apetito, al tiempo que avanzan en el tejido de su relación, que en lo que va de tiempo, desde que llegaron, ha tenido ligeros aprietos.

Estoy echando un vistazo a la música del ipod, cuando Oscar se ha levantado de la mesa, pero no logro localizarlo, sólo veo a Olga inquieta volteando a todos lados, como si buscara a alguien, tal vez reconociendo el lugar que no ha tenido oportunidad de ver a más detalle. Espera a Oscar, descansando su quijada en las palmas de sus manos y sus codos sobre la mesa.

¡Oh, diablos!, mientras describía esto he perdido el hilo de la historia. Creo que Olga ha ido al sanitario, no logro verla en la mesa... No, un momento, me equivoqué, solamente ha ido por su plato de lo que parece ser su comida. No sé de qué comida se trate, me encuentro a una distancia donde no puedo distinguir de qué platillo se trata; ni siquiera sé qué tipo de bebidas han ordenado. Estoy experimentando impotencia por ser un narrador que se encuentra limitado para describir la escena que le interesa.

... Espero unos instantes, el reloj digital del ipod marca las 18:54 horas. Describiré un poco más a Olga, en lo que espero algún indicio que rompa el cristal que los mantiene cuasi estáticos: Lleva el pelo teñido de rojo, que se asoma en bucles debajo de su gorro rastafari; lleva al cuello una mascada de color rojo o naranja; viste, también, una chamarra de mezclilla azul, y unos jeans del mismo color pero de un tono más oscuro. No puedo ver si trae blusa o camisa debajo de la chamarra. Su tez es blanca, no es muy alta, su semblante es redondo, los ojos, al parecer: cafés, poco profundos; tiene una sonrisa discreta y sus gestos son sutiles y graciosos.

De Oscar no diré nada, me parece que cumple con la descripción de un "caballero gris"; eso es todo. No obstante, daré algunos detalles de su vestimenta: lleva un pantalón de mezclilla oscura, con un suéter café claro (que le llaman beige), tenis negros, y sus característicos lentes.

No tengo idea de qué hablan. Parece que Dédalo lleva la batuta en la plática, esa es mi impresión, pues ella sólo mueve la cabeza negando o asintiendo las aseveraciones del otro. Él con su pose impertérrita, tal vez por ser presa de nerviosismo o dueño de su tranquilidad. Juzgo, a fuer de observador que ha pasado el tiempo suficiente para que ambos ya hayan pisado el terreno de una charla amena. En realidad, lo que hace Oscar no logro verlo, pues una pareja de novios que se encuentra al lado de la mesa de mis observados obstruye mi visión hacia él.

Daré, ahora, una breve pausa, hasta que un cambio inusitado me dé nuevos bríos para continuar la descripción.

... Estoy de vuelta, no puedo concentrarme, sólo he leído un par de párrafos del segundo capítulo de Norwegian Wood, de Murakami, pero no puedo prestarle la atención suficiente. Mis ojos y mi concentración se dirigen nuevamente a la pareja sentada en la mesa periférica de esta cafetería-patio. Los murmullos, las risas y el eco, el zumbido de los condensadores de los refrigeradores de la barra; todo se entremezcla sin dar paso siquiera a un breve silencio. Sólo veo que Olga engulle un bocado tras otro, mientras Dédalo queda oculto detrás de aquella pareja inoportuna que al parecer, sí, así es, se dispone a retirarse. También las mesas se han desocupado a mi alrededor; de momento pienso que mi esencia rara los ha alejado; mejor para mí.

Lo confieso, yo también tengo cierta tensión.

... 18:55 horas. Han pasado veintiún minutos, las cosas siguen igual, los mismos ademanes, risas discretas, un bocado tras otro, movimientos con la cabeza; y Oscar, con su característica pose, mirando a su acompañada de hito en hito. Creo que puedo hacer ahora un juicio de valor, y que esta escena se trata de una Rendez-vous.

Me he quitado los audífonos porque me lastiman y no disfruto la música; por eso, y por los murmullos de este lugar.

En un correo electrónico, Olga confirmó su consentimiento para verse con Oscar-Enkor, y del cual recuerdo estas palabras: "... sólo tengo hasta las siete...", refiriéndose al tiempo disponible que tenía, id est, sólo una hora de las seis de la tarde que llegó a las siete en que iba a partir. Pero faltan algunos minutos para que sus palabras caduquen. Veamos qué más puede suceder.

... Las 19:01 horas. Las palabras han perdido su vigencia. Estaré atento a lo que suceda «de aquí pa'l real». En tanto, coy guardando el libro de Haruki y la botella con agua que traía. Sobre la mesa sólo están éste cuaderno, el bolígrafo que salta sobre su superficie, y los brazos que descansan al borde de dicha mesa, con una mano que manipula el bolígrafo Bic.

Parece que han terminado de comer. Veo que ella se limpia las comisuras con una servilleta de papel. ¡Listo!, lo demás lo escribiré a posteriori

Epílogo.

Oscar desistió de su cometido al final. Empero, a cambio, consiguió una nueva cita con Olga, y lo más interesante, una invitación de parte de ella a su templo cristiano.

Los había buscado, pues los perdí de vista al salir de la cafetería, pero Oscar me llamó al celular para decirme dónde se encontraba. Al llegar a la Torre de Humanidades, reímos desde lejos, y, después, me dio los detalles de lo sucedido en su persona. Lo escuche y nos reímos de las peripecias; de ahí partimos rumbo a nuestras casas, contando las posibilidades del desenlace y otra estolideces más.

Discurso de Aceptación de Oscar





Me llamo Oscar. Hoy tengo lo que se conoce como Rendez Vous. Quede de verme con Olga en la facultad de Arquitectura a las seis de la tarde. Ella no me conoce físicamente, pero yo a ella si.

Llego temprano al punto de reunión. Nos quedamos de ver en la entrada del Lumen de dicha facultad. Entro al Lumen para observar un rato computadores Mac, iPods, audífonos, iPads, y todo lo relacionado con el mundo de la mente maestra detrás de la Manzana, el señor Steve Jobs. Me aburro demasiado rápido, y salgo exactamente a las seis de la tarde. Llueve tenuemente y por un momento dudo en que se aparezca por aquellos rumbos. Me recargo en una estructura de piedra a esperar, mientras observo la lluvia. Es una cosa tan hermosa ver la lluvia caer, que dan ganas de quedarme inmerso en pensamientos y sentir la gracia de Dios caer sobre mi.


Pasan los minutos y volteo a la entrada del Lumen. Ahí esta ella, con su pelo rizado y teñido de rojo, cubierto por un gorro, no sé que color sea exactamente, pero es de algún tono de rojo, tal vez un rojo 250. Pantalón de mezclilla azul, tenis grises, playera verde estilo militar, chamarra de mezclilla, y una bufanda que hace juego con su gorro y su cabello. No se ve que utilice maquillaje. No se alcanza a notar algún rastro de el en su rostro, blanco y delicado. Esta revisando su celular, tal vez este viendo la hora. No se si no me ha notado o sólo quiere pensar que el que esta enfrente y mirándole la espalda sea su rendez vous.


Volteo un instante a la lluvia y me doy cuenta que no estoy nervioso, a pesar de que siempre que conozco a alguien nuevo es usual en mi hacerlo, especialmente si se trata de una mujer, mi corazón empieza a latir demasiado rápido, que podría decirse que padezco de taquicardia. Así que tomo mi pulso, y me doy cuenta de que estoy vivo. Respiro profundamente y me doy la vuelta. Me acerco lentamente hacia dónde esta ella, aun tiene el celular en la mano, voltea de reojo y ve que me acerco. No sabe que hacer. Voltea otra vez su mirada hacia el celular e inmediatamente voltea hacia mi. «Hola» digo. Se queda pensativa un momento. Al parecer no ve claro que yo soy Oscar, y tal vez piense que soy algún tipo de hombre que en cada oportunidad trata de hacer conversación con una linda chica. «Hola» responde sorprendida al verme ahí «¿Oscar?» pregunta Olga. «Si» contesto secamente, y su expresión sigue siendo de sorpresa. Instantes de silencio. «Perdón, no sabía que eras tu» Me parece mal que ella preguntara si yo era Oscar, ¿Qué hubiera pasado si el que estabe enfrente de ella resultaba ser un loco demente? Lo bueno es que era en realidad yo y no otra persona. «Hola, mucho gusto» dice, mientras me extiende la mano, y yo la tomo firmemente. Su mano es pequeña, justo como ella. La piel se siente delicada. «El gusto es mío» Tenía ganas de besarle la mano como aquellos Ingleses del siglo pasado y antepasado, pero tuve miedo de que lo tomara a mal. «¿Seguimos?» dice, mientras señala el interior de la cafetería. «Después de ti» digo y dejo que su pequeño cuerpo pase a tomar posición a mi lado. Comenzamos a caminar hacia la cafetería. Siento que algunos ojos nos observan a lo lejos. No los puedo ver con claridad, pero se que están en algún lado. «¿Cómo me imaginabas?» «Pues…en realidad no te imaginé» Nos reímos. Decimos más palabras para tratar de romper el hielo y nos permitan aterrizar en un plano firme donde la conversación pueda ser fluida.


Observamos la cafetería. Se ve que esta casi llena. Hay pocos lugares vacíos. Tratamos de encontrar un lugar donde nos permita conversar. Ella encuentra una mesa con dos sillas. La mayoría son de cuatro sillas, sólo en la orilla se encuentran de dos, y al fondo parece ser que son más grandes, o tal vez sólo sea mi visión que me engaña. Tomamos asiento. Observo a mí alrededor. Es un lugar, que aunque parezca sofisticado, no lo es. Tiene cuadros alrededor. Construcciones y esquemas. Tal vez hechos por alumnos de la facultad, o simplemente tomados de lugares conocidos y de arquitectos de renombre. Se escuchan muchos murmullos de la gente al hablar. Y empiezo a recordar que no me gustan lugares con muchas personas. Le había dicho, en uno de las e-mails que le escribi para sentar el lugar, que prefería lugares con poco transito de gente. Sin embargo, ella escogió aquella cafetería con un bullicio difícil de pasar por alto.


«Bueno ¿Y que nos trae por aquí?» «Eso prefiero dejarlo para el postre» le dije. La había citado porque tenía que decirle algo importante. Que es difícil de comprender y aclarar por el momento, y se me ha hecho difícil de cargar con esto todos los días. Es como si llevaras una llave que no te sirve para nada dentro de tu bolsillo. Es algo que tienes que sacar de ti tarde o temprano.


Una vez ya en el asiento de la cafetería, me dijo que había salido de su clase de chino en el CELE. Este semestre comenzó sus clases en el idioma. Me empezó a explicar el modus operandus de la clase, y que se le hace complicada por el hecho de que utiliza demasiados caracteres, la pronunciación, y muchas que resultaron ignotas para mí, pero que no tenía ganas de entrar en tanto detalle. Pude fingir que me interesaba, pero nunca he sido así, y no quería empezar hoy, aunque el tema podría resultar muy bueno para seguir la conversación. Aparte, parecía que aun no dominaba el asunto del chino, no me supo explicar muy bien la forma en que escribían los chinos. Decline.


Ya les dije que yo la conocía, pero ella no a mi. Se podria decir que se me los puntos mas importantes que rigen en su vida. No es que la haya estado espiando, simplemente los sé. Ambos pertenecemos a la misma facultad, e inclusive hemos tomado clases juntos, pero ella nunca se había percatado de mí. Y la verdad yo tampoco había sentido un gran impulso por entablar una conversación por lo menos y no irnos tan lejos y decir que quería una amistad. Por lo que la conversación siguió con temas de la facultad. Materias que llevábamos, y que cuantas nos faltaban respectivamente a cada uno de nosotros. Ya saben, típica conversación para seguir flotando en aquel océano que se llama relaciones interpersonales.


Me empecé a sentir incomodo con esa platica, así que le pregunte si ya había comido. Me dijo que si, pero que sólo había sido algo ligero. Le pregunté si quería algo. Me dijo que sólo un café, y que si yo tenía hambre comiera. Le dije que no me gusta comer solo. Entonces fue cuando acepto comer algo. Y es verdad que no me gusta comer solo cuando estoy acompañado, y menos en lugares públicos. Me siento demasiado incomodo.


Nos paramos y nos acercamos para formarnos, y mientras estábamos formados, ver el menú. Cómo toda buena cafetería, tenían comida rápida, ya saben tortas, tacos, ensaladas, burritos, hamburguesas, y los etcéteras que se imaginen. De beber igual, agua, refresco, café, té, blablabla.

Al parecer mi acompañante no veía muy bien y necesita lentes. Los cuales, probablemente, sólo los utilice en el salón de clases, y fuera del no, porque sienta que no se ve muy bien con gafas que cubran sus hermosos ojos. Creo que a ella si le quedaría el titulo del cuento de Salinger: Linda Boquita, Verdes Tus Ojos. Y regresando al tema, no alcanzaba a ver muy bien el menú. Me preguntó en varias ocasiones que decia, pero tal vez le dio pena después y se limitó a pedir lo que sabía que seguramente había en la carta. Me preguntó que iba a pedir, y le dije que algo no muy grande porque tal vez no me lo acabaría. Dijo que los hombres siempre nos acabamos todo aunque no tengamos hambre. No se con que clase de personas este, porque yo no como más de lo debido. De hecho casi no como.


Llegamos dónde piden tu orden y ella pidió una torta de milanesa con pan integral y un agua de fresa (después de preguntar que significaba el color del agua). Yo pedí una hamburguesa hawaiana y un café americano. Pagué la cuenta. O ella sabia que era un caballero, o no traía dinero, o no quería gastar. El chiste es que no hizo el intento de poner algo de dinero. Aun así, no lo hubiera permitido que lo hiciera. Me dieron el ticket con el número de orden.


Las bebidas las daban a un lado. Las pedimos y nos rayaron el ticket. Mientras me daban el café, le dije que me había vuelto un adicto desde que sabía utilizar la cafetera. La verdad es que resulta demasiado sencillo, pero una vez, al estar haciendo un ensayo para mi querida Paulina, una antigua chica que pretendía y ahora toda una Frenger, rompí una parte de la cafetera por no saber como se tenía que poner el café y los conos y el agua y esas cosas. Después le tuve que comprar el repuesto, y ahora soy feliz con la cafetera. Me dieron el café y no le puse azúcar.


Nos fuimos a sentar dónde estábamos anteriormente. Esperamos a que la comida estuviera lista, y nuestro número de comida se viera reflejado en un display con focos rojos. La verdad es que no recuerdo de lo que estábamos hablando en la espera de la comida…creo que no hice nuevas memorias en ese instante. Seguramente no fue tan importante.


El número apareció por fin en el display. Ella fue la que se dio cuenta cuando apareció el número, aunque titubeante, lo comentó, y yo lo corroboré. Me levanté y fui por los platos. Siento miradas que me siguen en mí caminar. No estoy seguro de dónde vienen, aunque se que son de varias direcciones. Voy a la parte trasera donde dan la comida y entregó el ticket. Lo miran y me dan ambas cosas. Preguntan si quiero servilletas. Digo que si. Salgo y me dirijo a la salida. Paso por un lado los aderezos, y no le pongo nada. Llego a la mesa y le doy la torta a Olga y me siento. Ella va a ponerle algo a su torta. Dice que no tardara.


Me quedé sentado, pensando un rato en lo que pasaba, pero no alcanzaba a comprender como había llegado a aquel lugar. Mire a mí alrededor tratando de ver alguna razón. No la encontré.

Mi acompañante regreso. Al parecer le hecho chile chipotle a su torta, o tal vez catsup, algo rojo se asomaba de su torta. No alcance a distinguir la consistencia. Dijo que iba a realizar una oración. Ya sabía que era cristiana, pero no imaginé que diera gracias al degustar alimentos. Cerró los ojos. Inclinó su cabeza y comenzó a hablar. No logré entender nada de lo que dijo. Sólo lo imaginaba.

Una vez que termino, le dije que no había imaginado que ella hiciera eso. No supo muy bien que responder. Dijo que sólo avisaba que lo iba hacer, para que la gente no se sacara de onda. Le pregunté cómo se había convertido al cristianismo. Y de aquí en adelante la conversación sólo fue del cristianismo. Me contó desde el principio su historia. Decía que era muy bueno contar el testimonio, porque así las personas podían entender mejor a Dios y lo que significa. De ahí cada uno tiene que tomar un rumbo y seguir los consejos que Dios nos deja en la Biblia.


Nació en un hogar cristiano. Sin embargo, fue hasta los quince años cuando sintió el poder de Dios. Su energía recorrer el cuerpo. Fue hasta esa edad que vivió su momento de redención, y ya no quiso seguir viviendo como cualquier persona, sino a través de lo que quisiera y tuviera preparada para ella, Dios. Este momento no lo vivió en un templo, lo hizo en la casa de su abuela, mientras estaba sentada en la cama esperando la hora en que el sueño la alcanzara y poder dormir, sintiéndose miserable en este mundo.


La conversación siguió alrededor de otros veinte minutos. Parecía algo emocionada al contar todas sus vivencias con alguien que apenas conoce. No sé si porque nunca se había sentido tan libre de hacerlo, o simplemente porque los canones cristianos, de cierta manera, terminen definiendo su comportamiento, y dentro de este, sea contar de manera agradable y siempre con una sonrisa resplandeciente el testimonio de su vida.


Dijo que no era casualidad que nos encontráramos en aquel lugar en ese mismo instante. Yo tampoco lo creo, yo la cité. Me invitó a alguna de sus reuniones en algún domingo, en alguno de estos días. No me presionaría. Le dije que lo pensaría, porque yo también le había contado que tuve alguna relación con esa iglesia, pero que la gente no me había convencido. Dijo que no viera a la gente y sólo sintiera el poder de Dios. Entonces para que ir a una iglesia si puedo tener la comunión en mi casa, le dije.


Lo más curioso fue cuando dijo que vivía cerca de Puerto Principe. Le dije que mis papas vivian en Campos Eliseos. Ella agregó que exactamente vivía en La Naranja. Los lugares están demasiado cerca. Insistió con que no había casualidades en la vida y que había tomar aquello como un llamado al Reino de Dios. No sabia que pensar. Me sorprendió que fuera mi vecina. ¿Mí sino esta dicho? ¿El destino me ha alcanzado? El pensarlo me atemoriza. Poderes celestiales trabajando escribiendo para que me encuentre con Olga a la hora del diablo (Eran las 6 horas con 6 minutos y 6 segundos cuando dije el hola). Y ahora que todo parece tan extraño y bizarro ¿Podría luchar contra la corriente? ¿Puedo ser un renegado y evadirlo? Me gusta la oscuridad y tristeza de mi mente, me hace sentir vivo. Mi simple vida solitaria es algo sin nadie. El propósito de mi vida podría estar al alcance de mis manos en ese momento, y no sabía que pensar. Tuve miedo.


Terminamos de comer, justo a la hora en que se había pactado que terminaría la cita. En un correo comento que tenia clase a las siete. Cuando nos vimos dijo que en realidad no tenía clase a las siete, sino hasta las ocho treinta, pero tenía que hacer tarea y se había quedado de ver con compañeros de la facultad para hacerla a esa hora. Por lo que al darse cuenta de la hora, dijo que era hora de retirarnos.


Nos levantamos de la mesa. Nos dirigimos a la salida de la cafetería. Sentía que la mirada me seguía. Nos seguía, a mi acompañante y a mí. Salimos a paso tranquilo, y caminamos hacia nuestra facultad. Ya no hablamos del cristianismo. Hablábamos del maestro con el que tenía clase. Se quejaba de que era un misógino, y al parecer se estaba divorciando. Hablamos de su trayecto diario a través de la ciudad. Me dio lastima porque se la pasa en el transporte cerca de seis horas diarias. Debe ser un desgaste terrible. Los cristianos tienen una frase para todo, y esta no es la excepción, me imagino que sería algo así como: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.


Al final no le dije lo que tenia que decirle. Me dio miedo la situación. Se lo comenté y me dijo que aun se lo podía decir. Le contesté que ahora tenía que pensar las cosas mas claro. Las circunstancias vividas le daban un nuevo panorama a la situación. La deje en la entrada del edificio y nos despedimos. Nos despedimos de beso en la mejilla. Salí caminando de aquel lugar tratando de pensar en lo que había pasado. Todo parecía nublado. Tal vez este problema me mantenga despierto algunos días.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Spiritual Beggars -Return To Zero



Return To Zero, septimo album de esta no tan conocida banda de genero stoner metal que fue formada en el 94 por Michael Amott actual guitarrista de Arch Enemy y Carcass, y esta vez nos traen este material que a mi considercion es de lo mejor que han hecho hasta el momento y pues para aquellos que quieren conocer este genero, pues solo hay que darle al link de descarga y a disfrutarlo ya que cuenta con buenas rolitas, teclados suaves y muy buenos rifs de lira obviamente los que conocen a Amott saben muy bien a que me refiero.


link de descarga: http://www.mediafire.com/?xxdlwpj92j3tvbs

Aqui les dejo un video para que lo disfruten mientras se descarga el disco.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Oceansize - Self Preserved While The Bodies Float Up





Ya llegó el nuevo disco de Oceansize. Pensé que se iba a filtrar antes. Pero no hay pedo, aquí ya lo tienen para descargar.

No tengo ganas de comentar acerca del disco. Sólo les digo que ya lo escuche unas cinco veces y ya me emociono demasiado. Hay de todo...el comienzo es totalmente salvaje...después se vuelve tranquilo y otra vez se vuelve a poner poderoso...cambios de ritmos estridentes y pasajes tranquilos y emotivos...de los mejores dicos del año definitivamente.

Ya dejen de pendejear en la red y disfruten de esta gran produccion que empieza con poder en las primeras notas y te infunde respeto mientras dice: "Self Preserved While The Bodies Float Up"

Oceansize - Self Preserved While The Bodies Float Up

Aquí una probadita del poder del disco con Build Us A Rocket Then...


miércoles, 1 de septiembre de 2010

Tarja Turunen - What Lies Beneath


Bueno ilustres y seguidores de esta exelente y preciosa cantante, como era de esperarse ya salio este disco que con mucha ansiedad esperabamos muchos para escuchar este espectacular arte, pues aqui lo tienen para que lo disfruten, lo chuleen, repitan cada una de las rolitas que lo componen, ya que si My Winter Storm esta precioso What Lies Beneath lo sobrepasa por completo, tanto en sonido como en letras, ademas que en este album aparecen reconocidos invitados como el famoso guitarrista Joe Satriani, la banda Van Canto, ademas del vocalista de All That remains (Phil Labonte), y Will Calhoun baterista de la banda Living Colour lo cual hace a "What Lies Beneath" un disco con sonidos potentes y epicas melodias siempre mezcladas con el sello único del canto lirico y el gran registro vocal que las acompaña.

Asi que a descargar y escuchar que estoy seguro que les va a encantar esta chulada de disco.

El Set List de What Lies Beneath es:

01. Anteroom Of Death (Feat. Van Canto) 04:45
02. Until My Last Breath 04:27
03. I Feel Immortal 04:35
04. In For A Kill 04:42
05. Underneath 05:28
06. Little Lies 04:41
07. Rivers Of Lust 04:26
08. Dark Star (Feat. Phil Labonte) 04:33
09. Falling Awake (Feat. Joe Satriani) 05:17
10. The Archive Of Lost Dreams 04:53
11. Crimson Deep (Feat. Will Calhoun) 07:35

Bonus Disc
01. We Are 04:16
02. Naiad 07:19
03. Still Of The Night (Cover Whitesnake)06:33

Link de Descarga: http://www.mediafire.com/?dwi83m8hrw63mrc

Tambien en lo que se descarga disfruten de estos dos videos "Until My Last Breath" & "I Feel Immortal"