sábado, 17 de agosto de 2013

Dentro de un sueño (La sombra de tu sonrisa)






Es un paisaje muy silencioso, lleno de elementos surrealistas, ahora mismo comienzo a despertar de la realidad. Estoy en medio de la calle, la gente transita sin percatarse de mi presencia in promptu. La música del mundo real ha logrado penetrar en este mundo onírico. Las aceras asoman hacia barrancos, al fondo corre un río con cause tranquilo, se escucha el murmullo de su paso entre las rocas, he decidido bajar un poco, todo es agradable entre las ramas, el agua es clara pero parace un río que no aloja vida dentro de sí. Vadeo en cualquier dirección, y encuentro causes mezclados con estructuras humanas, el cause se reduce y repentínamente aumenta, por lo que me he quedado a observar estos cambios, mientras escucho a lo lejos que alguien llama mi nombre. No se entiende cúal nombre, sin embargo, sé que se trata de mí. El crepúsculo lanza su primer penumbra.

No quiero estar más en ese lugar, necesito ver a alguien conocido, es por ello que decido recrear un grupo muy grande de personas dentro de un local al aire libre. El bullicio de la gente inunda el ambiente, me sigo sintiendo sólo, a pesar de ello, me encuentro con algunos camaradas de mis años mozos, los llamo y salimos de aquél lugar. Tratando de recordar los viejos tiempos, los llevo al edificio en que vive Beatriz: Se trata de un gran condominio de ladrillo de dimensiones inimaginables, con un patio enorme y pasillos angostos y oscuros, el interior es frío y abrumadoramente silencioso. Nos hemos sentado a palticar de las antiguas andanzas, de los amores incompletos y otros relatos que han sido parte de nuestras vidas. Los cuatro estamos ahí, viendo hacia la ventada donde te encuentras dibujada, frente a una maquina de coser, y te vemos con nostalgia y fulgor en los ojos, Beatriz. El agua cae del edificio y no se dónde nace la caída, tampoco se escucha a dónde va a parar. Yo quisera llamarte y ver de cerca tu sonrisa., pero no encuentro, esta vez, más que penumbras. Ha terminado mi lucidez. tampoco en este mundo puedo tenerte a mi lado, tampoco me ha sido posible termianr con este problema mental, y lo traigo a cuestas como un villano filtrado en este hermoso mundo dominado por resplandores sin cesar. He sido sometido al desconsuelo y dolor por mi parte más subjetiva. he convertido todo en una borrasca y me he dejado arrastrar por ella, me he dejado llevar inútilmente por un recuerdo que no te traerá de vuelta.

Perdí  todo, me duermo en el sueño y despierto en el mundo real. Por ahora no encuentro llaves que me lleven de vuelta a aquél mundo que dejé suspendido hace mucho tiempo, tiempo congelado que espera debajo de mis vidas anteriores. La búsqueda incanzable e interminable por encontrar la nada, lo inexistente, la causa perdida. Ahí voy yo, luchando y resistiendo los embates del destino consumado. Pero espero que en esta senda encuentre la llave de salida, la cual, después de tanto hurgar en el pensamiento, me devuelva al tiempo y mundo original del que vengo, para incorporarme a mi verdadera lucha.

Tú quedarás suspensa en las estrellas, expandiendo tu recuerdo interninable, con lo cual estás y no estás, te has quedado atrapada en la complejidad de tu paradoja. Volveré no sé cuantas veces más, y después ya no lo haré más. Porque en mi insignificancia de humano, necesitaría de todos los seres habidos y por haber, con su mentes y recuerdos, para intentar abarcar lo que tú ya has habitado desde la génesis del universo. Por eso, descansaré en el plácido sueño de la muerte, recreando mundos con las cenizas de los dioses asesinados, y reteniendo la dicotomía del tiempo para que esta vez, nada escape.



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