Como miles de ventanas en el tiempo infinito, en el cielo oscuro la luz de las estrellas brillan, traen la historia del tiempo antes del inicio, de mundos muertos y vivos, de planetas y estrellas.
Trato de balancear la vida, pero lo único que queda es una hoja simple y blanca. Una obsesión de una esperanza desesperada de algo que no pude hacerle frente. Aún sigo golpeando mi cabeza contra la pared porque tengo miedo de perderte.
Desearía estar en otro lugar, empezar otra vez y olvidar, de arriba a abajo, todo lo que he aprendido y pensado. Tal vez no e encuentres dos veces con la misma mirada, juntos los dos, mientras todas las palabras vuelan y se van, y espero en la eternidad por un nuevo amanecer. Esperaré y miraré dónde nadie más nunca lo haría.
Encuéntrame en un día soleado...”Hola ¿cómo estás?...te diré...todo dentro de mí brillando como cuando era un niño.